viernes, 14 de septiembre de 2012

Manifiesto del IES Ramón y Cajal de Huesca.




MANIFIESTO PARA EL INICIO DEL CURSO 2012-2013

La educación pública está en estado de máxima alerta y su pervivencia, al menos tal y como hasta ahora la conocíamos, corre un serio riesgo de desmantelamiento. Estamos ante un inicio de curso que tiene de todo, menos de normalidad. De normalidad, nada de nada; por más que se empeñen en engañar a la opinión pública, el inicio de este curso 2012-2013 está marcado por una profunda y desasosegante anormalidad. Una anormalidad que se manifiesta en la calle, que se percibe en las conversaciones y en las miradas. Una anormalidad que se traduce en menos recursos para la escuela, más alumnos por aula y drásticas reducciones de personal docente; y, por si fuera poco, todo ello en un contexto de escandalosa subida de los precios de productos básicos, entre ellos el material escolar, tasas de paro intolerables, aumento incesante de la precariedad e inseguridad laboral y sanitaria, y un clima preocupante de creciente acoso y derribo de los derechos civiles y de las libertades públicas.

La anormalidad no puede negarse; entre otras cosas porque así la viven, la padecen con creciente angustia, las familias que se han visto privadas de becas de transporte y comedor o de las ayudas para adquirir material escolar y libros de texto —¡¡más de 33.000 familias aragonesas se han quedado sin esas ayudas cuando cumplían todos los requisitos exigidos para su concesión!!—, o los ocho profesores que este Instituto ha perdido, de golpe y porrazo, respecto del curso pasado en virtud de un salvaje y particular expediente de regulación de empleo; nada menos que dispondremos de un 10% menos de profesores que serían imprescindibles para atender a un alumnado que, por cierto, se ha incrementado para este curso anormal en 25 personas. Pero, lamentablemente, hay muchísimas más anormalidades; la opinión pública debe saber que, bajo el perverso argumento de la racionalización del gasto, no sólo se están recortando drásticamente las partidas presupuestarias para el mantenimiento de las instalaciones (electricidad, gas, teléfono, fotocopias, materiales y componentes informáticos, pequeñas obras de mantenimiento de instalaciones y mobiliario, etc., etc.)…, sino que ni la biblioteca del Centro ni los departamentos didácticos podrán disponer de presupuestos adecuados para desempeñar su trabajo.

Contra este ataque deliberado y sin precedentes a la escuela pública a quienes creemos en ella nos corresponde defenderla. Defenderla trabajando y estudiando más y mejor que nunca; cuidándola y respetándola como lo que es: el patrimonio de la civilización que hemos heredado. Pero, además de extremar el cuidado de nuestras obligaciones como trabajadores y estudiantes, nos corresponde también denunciar, rebelarnos, actuar y resistir juntos, familias, alumnos, profesores y personal de administración y servicios, frente a esta serie de atropellos y desatinos que, con el pretexto de remediar la profunda crisis del sistema económico que padecemos, no persigue otro objetivo que destruir instituciones que, como la escuela o la sanidad públicas, son básicas para garantizar un mínimo de justicia, igualdad y convivencia social. En nuestras manos está que no lo consigan: es importantísimo que no cejemos en la lucha colectiva por una escuela pública de todas y todos. Desde aquí hacemos un llamamiento para comprometernos a realizar concentraciones en el exterior del Instituto todos los miércoles en el primer recreo y a constituir una Asamblea Permanente abierta al alumnado, familias y trabajadores del IES, que coordine las protestas y acciones que, con seguridad, habrá que llevar a cabo durante el curso que ahora empezamos. Unidos podremos: ¡¡no a los recortes sociales y educativos; por una escuela pública de todos y para todos!!

Claustro de Profesores del IES Ramón y Cajal de Huesca.

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